Y ahora
pintemos cielos
cada uno por su cuenta
a brochazos
de amor
de sangre y vida,
relinchemos, pateando margaritas,
que sobre el verde
reposan las cenizas,
que no habrá un día
en que pueda olvidarte
ni habrá una noche
en que duermas sin mis nanas
y pintas cielos negros
manchados
de asfalto
y yo bailo en los charcos
que se vuelven azules.
Este es el lugar y este el tiempo desde los que escribo, un lugar en el que no hay gravedad que pegue los pies al suelo, en el que los sueños son posibles y solo el amor y la amistad importan. Aqui no caben la conveniencia ni el interés, aqui podemos, todos, ser felices.
Poneos cómodos, estáis en casa.
domingo, 10 de mayo de 2009
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2 comentarios:
Vaya vaya, decía yo de la luna, pero se ve que a ti tampoco te deja indiferente. Prolífica lunática de todos los colores.
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